• Colaborar con los distintos profesionales que intervienen en la atención educativa de sus hijos e hijas.
• Propiciar un mayor contacto con su entorno social y natural.
• Tener un nivel de exigencias acorde a su edad y posibilidades reales.
• Continuar en casa la labor realizada en el centro educativo.
• Implicarles y hacerles partícipes de la vida familiar.
Algunas Consideraciones Específicas
• Adecuar las actuaciones a los intereses y necesidades del niño.
• Evitar conductas directivas, favoreciendo así las intervenciones del/la niñ@.
• Ajustar nuestro lenguaje, simplificándolo.
Esto supone:
• Hablar más despacio.
• Pronunciar correctamente sin exagerar ni gritar.
• Repetir si es necesario y/o intentar decir lo mismo de otra forma.
• Respetar el turno de palabra.
• Utilizar gestos naturales para facilitar la comprensión.
• Adecuar el tamaño y la dificultad de los mensajes al nivel del/la niñ@.
• Utilizar frases simples pero correctas.
• Evitar enunciados interrumpidos o desordenados.
• Favorecer la comprensión por parte del/la niñ@ con preguntas alternativas.
• Atender y escuchar antes de hablar.
• No responder por él, dejar que se exprese libremente.
• Adoptar una actitud positiva frente al/la niñ@, alentándole y felicitándole ante sus progresos.
• Crear situaciones comunicativas donde el/la niñ@ vea y oiga a la persona con la que habla, y donde se respeten ciertos espacios de tiempo en el que el/la niñ@ se exprese libremente.
• Controlar todo tipo de actitud negativa y de ansiedad ante el lenguaje del/la niñ@.
• Evitar riñas, comentarios despectivos o castigos relacionados con el lenguaje.
• Eliminar correcciones del tipo “eso no es así”. En su lugar repetiremos la frase o palabra de forma correcta, acortando o ampliando sintáctica o semánticamente si fuera preciso.
• Reforzar sus avances.
• Todas estas recomendaciones son aplicables tanto a la familia como al profesorado que tenga contacto con el/@ niñ@.
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